Historia Oculta De Los Tres Cerditos (VERSION DEL LOBO)
Me llamo Sean O’Connor. Soy un lobo
irlandés. Os escribo de la prisión de Soto del Real, en Madrid, casi
habiendo cumplido la totalidad de la pena que se me fue impuesta,
injustamente, acusado de intento de asesinato de tres lechoncitos. Y
digo injustamente porque, por alguna extraña razón, nadie quiso nunca
creer mi versión de los hechos
Había comprado un gran terreno con todos
mis ahorros y por, fin, vivía como siempre había soñado. Aquel verano,
tres cerditos construyeron sus pequeñas casas dentro de mis terrenos. No
me importó, pues sabia que tendría a quien acudir cuando necesitara
compañía.
Esa tarde, el cielo se oscureció
amenazando tormenta. Decidí volver a casa, cuando observe que un
violento tornado se acercaba peligrosamente hacia las casas de los tres
cerditos. Corrí desesperadamente hacia la primera, que era de paja.
Antes de poder auxiliarlo, la casa se vino abajo y el cerdito corrió a
la casa de su hermano.
Yo me dirigí raudo hacia esta para evitar
que cayera, pero fue inútil, porque estaba levantada con ramas de árbol,
y fue inevitablemente engullidla por el tornado. Los dos cerditos
corrieron a casa del tercer hermano para refugiarse. Para entonces, era
yo el que huía del tornado.
Llamé desesperadamente a la puerta, porque
esta casa estaba construida con ladrillos y aguantaría perfectamente el
vendaval. No me abrieron. Pensé que no me habían oído, así es que
intente entrar por la chimenea. Me tire por ella y caí en un caldero con
agua hirviendo que, supongo habrían olvidado sobre el fuego. Cuando el
tornado paso, desperté ya en el hospital penitenciario. Me comunicaron
que los cerditos habían puesto una denuncia por derribar sus casas e
intentar comérmelos. En el juicio, todos creyeron a los cerditos. Creo
que su aspecto tierno y rosado ayudo mucho.
Cuando yo dije que recogía verduras para
comer, el jurado se rio, y oí comentarios sobre mis enormes colmillos y
sobre la imposibilidad de que un lobo pudiera ser vegetariano, así como
sobre mi aspecto peludo y oscuro y mis extrañas ropas. Pero digo yo:
¿Como es posible que alguien pueda creer que soplando pudiera derribar
dos de sus casas e intentarlo con la tercera? ¿Por que todos pensaron
que un lobo peludo no podía ser propietario de los terrenos? Lo único
que yo quería era vivir tranquilo en mis tierras, cultivar mis
hortalizas, recoger bayas silvestres y mantener limpio y cuidado el
bosque. Ahora estoy enfermo y encerrado. Cuando acabe la condena, creo
que volveré a Irlanda con las manos vacías y sin ninguna ilusión.
M.C.E.P-CLM
(MOVIMIENTO COOPERATIVO DE ESCUELA POPULAR
DE CASTILLA-LA MANCHA)
"Si se hacen cosas reales, también son reales sus consecuencias"
Loris Malaguzzi
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