Sergio y su mamá nos trajeron un mural con la poesía. La recitó Sergio, la aprendimos todos, la recitamos y la cantamos de diferentes formas. Después inventamos un acróstico y nos tomamos un delicioso desayuno.
Ahora nos toca crear el libro de esta poesía con nuestros escritos y nuestros dibujos.
La sesión resultó interesante, divertida y, sobre todo, pasamos unos buenos momentos en torno a dicha poesía.
Por otra parte, cantamos a Saray el "cumpleaños feliz" al ritmo del "chuchuá".
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