Veíamos ayer que había que potenciar los juegos populares en la escuela. Cómo el juego favorece la cooperación y la convivencia en el aula. Los juegos nos ayudan a expresarnos y a crear pautas de comportamiento a través de sus reglas. Sirven para investigar, para divertirse, para relacionarnos y para crear. Los juegos se pueden utilizar en todo momento para dinamizar, motivar y aprender. La calle ha dejado de ser el centro donde nos reuníamos para jugar y seguir con la tradición lúdica de nuestros mayores: el pillar, la lima, la gallinita ciega, el balón prisionero, la rayuela...
Sea bienvenida la tecnología, la informática, lo último en videoconsolas, pero sigamos disfrutando de la risa de l@s niñ@s cuando se divierten jugando como siempre se ha hecho.
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