MOVIMIENTO COOPERATIVO DE ESCUELA POPULAR

M.C.E.P-CLM
(MOVIMIENTO COOPERATIVO DE ESCUELA POPULAR
DE CASTILLA-LA MANCHA)

"Si se hacen cosas reales, también son reales sus consecuencias"

Loris Malaguzzi



lunes, 9 de marzo de 2009

El rey de la casa



Ha nacido el rey de la casa esta mañana
cantan de alegría, padres y hermanas
un varoncito para hacerle honor
al noble apellido del progenitor.

Al cumplir dos años su papá le ha regalado
un juguete bélico, un trenecito eléctrico
pero el prefiere jugar a cocinitas
y el padre piensa, este niño ha resultado mariquita.

A los ocho años ha sido abofeteado
pues al ver Pinocho el bobo ha llorado
y se lo tienen recalcado bien,
que llorar está reservado a la mujer.

Y una vez bordando entretenido en cañamazo
por su madre es sorprendido y le atiza un estacazo,
al padre escandaliza por dejarse una melena
y le mete una paliza y le castiga sin la cena...
y le llama nena.

Le obligan a ir a la mili voluntario
limpiará letrinas, el pobre, a diario
la disciplina lo ha de transformar
en hombre con el uniforme militar

Vuelve de la mili sin que nada haya cambiado
saca al padre de quicio el hijo desnaturalizado
le echa de la casa sin dinero y sin comida
y se va silbando a enfrentarse con la vida

Ha encontrado al fin, la horma de su zapato
el es ingeniero los dos friegan los platos
ella es catedrático de griego y de latín
los dos cuidan de la casa y del jardín.
Ay vida mía, cuanto te quiero
eres más valiente que el mismísimo Espartero.

Niños y niñas nacen de esta unión
todos ríen todos cantan todos gritan todos saltan
todos estudian música en la escuela pública

Todos se embadurnan de colores,
todos hacen ramos de flores
Todos dominan
Aquí es donde cabeza y pies
todos suben a los árboles.

domingo, 8 de marzo de 2009

Día Internacional de la Mujer



Y Dios me Hizo Mujer


Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.


Gioconda Belli

lunes, 2 de marzo de 2009

CELESTIN FREINET





El día 1 de enero de 1920, Celestin Freinet era nombrado maestro en la escuela para chicos de Bar-sur-Loup ( Alpes Marítimos).

Llegaba en un pequeño tren, con su baúl metálico de oficial como único equipaje. Tan pobre era que no pudo comprar una maleta de viaje. Su delicado estado de salud le impedía subir andando la cuesta hacia el pueblo donde se encontraba , encaramado en lo alto de la colina. Eran la secuelas de la guerra (1914-1918) que le habían convertido en un enfermo, con los pulmones atravesados por esquirlas de metralla. Se asfixiaba al caminar y le preocupaba la subida. Lo más sencillo era subirse al viejo carro de correos en compañía de dos campesinos que le hablaban de su nuevo destino. ¡En marcha!

El carro se detuvo en la vieja plaza del castillo.

-Mire, joven, ¡ aquí está la escuela !

En seguida el nuevo maestro entra en el aula. ¡Qué pobre está! Mesas viejas, una tarima, una pizarra, unos tableros de lectura, dos o tres mapas: he aquí todo el mobiliario escolar de hace veinte años.

Pensativo, el nuevo maestro reflexiona: “Voy a dar clase por primera vez, ¿sabré hacerlo?...¿sabré cómo hablarles a mis jóvenes alumnos? ¿cómo interesarlos? ¿cómo instruirlos?
Los pequeños alumnos de Bar-sur-Loup tienen de 6 a 8 años. Son como todos los niños de esas edades: escuchan durante cinco minutos, luego se alborotan, hablan, se meten unos con otros, se levantan…El maestro se agota intentando conseguir que se estén quietos. A veces, se siente tan fatigado de gritarles que tiene que salirse de la clase y subirse a su casa a descansar y recobrar el aliento.

Hay días en los que se desanima y piensa: “no, nunca podré ser un maestro de escuela”
Afortunadamente, el director es un buen hombre. Entiende las dificultades de su joven colega. Muy caritativamente le aconseja: -¡ No se canse hablando demasiado! Exija silencio, la mirada fija, los niños con los brazos cruzados y los pies juntos. Tampoco sea demasiado indulgente. Hace falta disciplina ¡ qué demonios! Mande al rincón a los más alborotadores. Mándeme a mí a los testarudos: ¡de ellos me encargo yo!

También el director le enseña a su ayudante cómo se tiene que hacer para organizar una buena lección, realizar un cuadro histórico y conseguir, sobre todo, cuadernos muy limpios.

-Mire usted, un buen cuaderno es lo que permite juzgar a un maestro, y ¡ a los chicos les gusta!
Aquellos eran buenos consejos, dados con muy buena intención, y resumían la manera de enseñar de hacía 50 años.

Pero a los pequeños de Bar-sur-Loup no les apetece escuchar lecciones cruzados de brazos. Les resultan mucho más interesante sus propias historias.

Joseph, el amante de los bichos, ha descubierto una pequeña oruga muy bonita con pelillos azules. La ha metido en una caja de cerillas y le da de comer pétalos de rosa…

Honore ha desgastado los zuecos nuevos que su madre le compró en Grasse.

Clementi enseña un viejo cuchillo que ha encontrado en el Puente del Lobo. Dice que si él quisiera cortaría el hierro con ese cuchillo.

Lulu ha traído tierra arcillosa de su jardín y ha ido haciendo figuritas de navidad y las esconde en su pupitre. De vez en cuando las saca y las enseña:
- Ves, él es Grasset y ella Grassette, y el pastor, y el afilador…
El maestro va escuchando lo que hablan y también piensa que lo que dicen es muy interesante.
Pero hay que leer y escribir, si no los chicos serán unos ignorantes. El maestro muestra las letras en el tablón de lectura con una larga vara que se desliza con un leve chirrido. Los rapaces miran la vara que se desliza, escuchan el leve chirrido, pero se les olvida ver las letras y las palabras…y las frases no tienen ni pies ni cabeza.
Acaban de entrar en clase: - Sentaos- dice el maestro.
Pero allí, alrededor del pupitre de Joseph, se ha aglutinado un grupo de alumnos…¿qué pasa? Con curiosidad el maestro se acerca. Un espectáculo inesperado se le ofrece a la vista: una carrera de caracoles.
-Apuesto a que gana el de color pardo.
-Yo apuesto a que gana el gris.
-¡No, va a ganar mi caracol atigrado!
-¡Verás como gana el verde gris!
Ya está el maestro en la pizarra y va escribiendo todo lo que están diciendo los chavales. Es el primer texto libre. Éste es:


UNA CARRERA DE CARACOLES

Joseph ha traído a clase unos caracoles y ha organizado una carrera.
-Apuesto a que gana el verde gris- dice Joseph.
-Lulu apuesta a que gana el gris.
-No, el que ganará es mi atigrado- dice Rin.
-Yo,-dice Jeannot- estoy seguro de que ganaráa el pardo…
Los caracoles van como les parece…
¡Victoria! Ha ganado el verde gris.

Todos



Enseñar y aprender en una escuela para tod@s